Ven a mí, gloria inmutable de la felicidad incondicional.

Ven a mí, gloria inmutable de la felicidad incondicional. Lleguen a mí, musas que derraman inspiración aromática sobre la fría realidad de la batalla. Exprésate en mí, grandeza divina del espíritu que sabe brillar sin darse crédito, sin alardear un nombre.

Quiero renunciar a todo egoísmo. Presto mi persona, ofrezco mi ser. Nada es mío sino la libertad excelsa de fundirme en la humildad. Cada instante lo recibo como una oportunidad única de dar. Quiero existir exclusivamente dedicado a agradecer mi existir.

Te abrazo, vida mía. Me abro a ti, magia tintineante de trascendencia. Sol eterno de todopoder que brilla en mi corazón, sal en todas direcciones y toca el mundo con la gracia de tu belleza. Acompáñenme, ejércitos de servidores de luz. Cantemos en silencio que somos uno. Dancemos al universo y asumamos la responsabilidad de cumplir con nuestro estricto deber: Sonreír.

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