Toda noche tiene su amanecer.

Toda noche tiene su amanecer.

Desde ya, cantan los gallos.

Paciencia pero alertas.

Primero viene la etapa más desafiante.

No olvidemos, el sol nunca ha dejado de brillar.

Cuando el ardor aprieta, toca dejarlo pasar.

No olvidemos, toca igual levantarse y regar los geranios.

Todo ocurre para que, rendidos, nos entreguemos a la vida.

Todo pasa, todo amanece.

¿Estamos despiertos?

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