Sereno. Sin culpas que nombrar, sin pecados que reprochar.

Sereno. Sin culpas que nombrar, sin pecados que reprochar. El sol brilla desde más allá de mis pensamientos, ajeno a todo drama que pudiera acontecer. En este mundo de tanta energía se perciben colores y formas que sorprenden a quien no esté siempre listo y dispuesto a dejarlo todo pasar.

Entre sonidos y voces sin concierto, un susurro gutural vibra desde lo más cercano. No lo puedo ver pues no está frente a mí. Soy yo mismo. ¿Por qué me buscaba en mi derredor? Heme aquí cantando en mi silencio una oda sincera. El susurro proviene de un evento que ocurre desde el infinito de las eternidades: yo mismo.

Así cantando abro mis brazos a la novela que se desentrama frente a mí. Qué feliz soy en este mundo de locura mientras me mantengo cuerdo en el perdón. Así cambio el mundo, perdonándole. No hay nada que pedir, todo me lo da la gracia divina que me baña de paz. Respiro siguiendo el ritmo de mis pasos danzantes. Una promesa se hace por fin visible: Todo está bien aquí.

No Responses

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *