Ser que camina

¿A qué podría yo temer
si no soy el que camina
sino que soy el Ser
que le da vida a la colina?

Sigue tu historia, caminante.
Ensueña tus noches, avanza de día.
Que tu caminar errante
está desde antes decidida.

Alégrate, salta de tu silla.
Pues el fin de tus temores
te espera aquí en la orilla.
Acaricia tus dolores.

Detente, siente el glorioso aroma
pues siempre algo alrededor florece.
Canta al astro rey que se asoma,
observa cómo la inercia escuece.

Pues cállate de una vez y escucha:
La vida solo es ahora,
la dicha es siempre mucha,
la paz nunca se demora.

Aquí abre tu corazón,
despabila tu mirada,
agudiza tu razón,
aterriza aquí en la Nada.

No tengo nada que enseñarte,
solo deja expresarse a tu alma.
Cuando caigas sin virarte,
darás cada paso con calma.

Entonces contemplarás,
desde antes de contemplarlo,
que el aroma que respirás,
es tu acción de respirarlo.

Y así, en junio como enero,
la rosa blanca se ilumina.
Yo soy tu caminar entero,
Yo soy el Ser que camina.

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