Muchas cosas ocurren.

Muchas cosas ocurren. Situaciones, incidentes, accidentes, circunstancias, realidades. ¿Qué locura es esta? Tantos problemas nos atosigan. ¿Cómo solucionar? ¿Cómo resolver? ¿Cómo lograr una situación donde reine la paz?

Una debilidad nos ciega: Nos creemos los que vemos.

Y olvidándonos de que todo es pasajero, cada cosa nos aplasta. Amplificamos cada acontecimiento como si fuera el mundo total y perpetuo. Escándalo tras escándalo a los pies de el transcurrir de ilusiones vanas.

Sí, la experiencia nos abruma. La vivencia nos fatiga. El hambre nos desespera. El peligro nos asfixia.

Mas tengamos esto por cierto: Nada es por cierto.

Toda tormenta se hará polvo. A todo huracán se lo lleva el viento. Todo lo mortal morirá. ¿Para qué angustiarse? ¿Qué habrá acaso que solucionar? Los muertos enterrarán a sus muertos.

¿Qué nos impide continuar, observando cada cosa como el ojo observa a su tornado? ¿Qué nos obliga a involucrarnos, a ser la víctima de nuestro propio invento? ¿Qué evita que pisemos firmes y nos levantemos raudos a volar?

No Responses

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *