Movimiento

¡Cuánta energía se mueve en la sensación de sentirme sin energía!

!Cuánta confusión se experimenta al vivir dentro de la confusion!

Y es que no hay leyes mágicas que devuelvan las acciones. La vida responde de inmediato a mi tacto.

Si elijo patear al mundo, lo sentiré violento. Si prefiero crear armonía, la dicha de mi pecho encontrará su sintonía. Como yo quiera percibir la vida, así será la vida para mí.

Estoy pintando mi lienzo, lo quiera o no.

¿Y quién es ese que quiere? Cuestiono yo, no cazando egos fantasmales, sino investigando cuáles son mis herramientas.

Y a aquel que asome queriendo algo, le usaré como un color para mi arte. Hasta mis partes más oscuras son partes de mí, y es mi iniciativa abrazarlas.

He movido mi mundo y me llevo todo mi mundo conmigo. He decidido llenar mi página en blanco de colores. Me he levantado para pintar las montañas altas y majestuosas, y en el cielo un sol caliente. Y mis hábitos oníricos han de levantarse también, para poner los trazos de firmeza y detallar la textura del mar.

¿Cómo salir de la confusión? Pregunta la confusión misma.

Yo no respondo. Ya no estoy allí.