Momentos…

Momentos…

No, la felicidad no está compuesta por consuelos. Recordar no es vivir, pues los recuerdos están muertos.

Si la felicidad ocurre solo a veces, ¿de qué vale? ¿Te conformas con gotas cuando tú eres el océano?

¿Están tus acciones dirigidas a llenar la idea de cómo te sientes, a acumular registros que adornen el historial de tu persona? ¿Es tu objetivo lograr el máximo número de recuerdos, la máxima cantidad de bienestar? Llenas y llenas, mientras que tú sigues vacío.

¿Puedes acaso confiar en aquello que es inconstante? ¿Puedes acaso actuar en base a aquello que no es confiable? ¿Puedes acaso ser feliz a causa de cómo actúas?

No, los momentos no te darán paz. No puedes encender un fuego vital en ti, pues lo que sea que enciendas, se apagará. ¿Acaso necesitas chispas cuando tú eres el fuego eterno?

¿No estás tú más allá de cualquier experiencia que transcurra delante de ti? ¿No estás tú más allá de cualquier momento? ¿No eres tú la felicidad imperecedera misma?

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