Me dirijo a ti, mi amigo, con respecto al uso de la medicina ancestral.

Me dirijo a ti, mi amigo, con respecto al uso de la medicina ancestral.

Primero, si vives en Venezuela habrás notado cómo está creciendo desde cero la familia tomadora en este hermoso país. Un país que comienza a aprender, que como infante está a veces dando tumbos, a veces metiendo la pata. Un país que comienza a madurar para así formar poco a poco sociedades de valor y de hermandad. Sólo puedo decirte que como parte de ese crecimiento te toca a ti la labor de corregir cada desatino para dirigirlo a ese bienestar que todos queremos.

Tú estarás tal vez interesado en probar la medicina, o habrás tomado una vez, o dos, o cada año, o cada mes, o todos los fines de semana, o diario, estarás tal vez ya aprendiendo a levantar un altar, o serás ya chamán experto.

Te escribo porque quisiera que revises qué estás haciendo. Asegúrate de tu intención al dar estos pasos. Ten una idea de adónde estás entrando. ¿Estás verdaderamente dispuesto a llegar hasta allá? ¿Sabes la naturaleza de las fuerzas con las que te estás involucrando? ¿Soportarás el abismo infinito que eres?

Puede que sientas valentía mientras piensas en ti mismo. Dices que todo es amor, que todo fluye de la mano de Dios, que la medicina es buena, que te llama el hacerlo. Y sí, tienes razón. Dios está aquí, tan cierto como que respiras. Pero mira cómo tienes la libertad para meterte en donde tú quieras, sea que puedas manejar o no el estar allí. Y que muchas veces no sabes cómo.

No estoy en contra de tu valentía. La enardezco. Si quieres aprender, hazlo. Entra en ti. Conócete. Empújate. Toma medicina. Y toma más. Y más. Revuélcate. Sigue conociéndote. Y cuando sientas que ya no aguantas, toma más.

Pero llamo tu atención al equilibrio que nunca falta en un buen caminar. Porque en tu avanzar verás cosas inimaginables. Lidiarás con animalismos, dragones, monstruos, oscuridades, instintos. La estructura de tu mundo se destruirá una y mil veces. Quedarás sin piso, sin razón, sin palabras. Y la vida te dará vueltas y nada tendrá sentido. Y morirán tus pasados sin considerar que sigues con las uñas rotas aferrándote a ellos.

Y, ¿qué harás entonces? ¿Cómo actuarás cuando la misma sed que te empujó hacia ti te obligue a enderezar tus pies? ¿Qué harás cuando el infinito avasallador esté sobre tu desordenada persona? ¿Serás responsable de ti? ¿O tal vez tirarás al piso toda tu fuerza y te encogerás en autocompasión? ¿Permitirás que te zarandeen las energías que tú mismo tienes descontroladas o pondrás orden y autoridad sobre tu mundo? ¿O estás seriamente decidido a mantenerte firme hasta el final? ¿Quieres de verdad tirar sin chistar todo lo que hasta ahora ha compuesto tu identidad y caminar por ti mismo libre y ligero?

No, no respondas ahora. Cuestiónate. Mira cómo te estás acercando a la medicina. ¿Te estás entregando como una hoja llevada al viento, así como siempre te has entregado a tus vicios? ¿O estás asumiendo tu propia vida, buscando conquistar tus impulsos más profundos? Redirecciona tu energía hacia ti. Siéntete vivo. Agradece esa vida en ti. Ese vigor que eres tú. Nunca te huyas. Y cada vez que tomes medicina, da un paso hacia la cordura de ser uno, de que cada cosa que en ti vayas descubriendo obedezca a lo que reconoces como tu voluntad. Que seas uno, para que tu centro brille con belleza, y así haya belleza en tu vida. Amor y respeto hacia ti que refleje en amor y respeto hacia todos. El crecimiento no viene de casualidad, tú lo emanas. Eres tú quien está aprendiendo.

Te escribo para animarte a que tomes medicina con un sentido sagrado. Con veneración por ti y por el Dios que concibes. Que crezca la armonía en ti, incluso cuando atravieses baches y tarde en amanecer. La medicina no mejorará tu vida ni hará nada por ti. Ella te dará impulso, sea para flotar salvajemente en tu confusión o para pisar tierra con orden. Tú eres quien decide. Tú eres quien cuida de ti.

Te deseo muy buena pinta.

No Responses

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *