La belleza de la oscuridad

La belleza del mundo está en el ojo que le mira. La belleza no está en el mundo. Por tanto, la oscuridad del mundo también es el reflejo de qué tiene dentro el ojo para mirar.

El mundo entonces no tiene nada que ver con lo que hay fuera del ojo. Todo lo que el ojo mira, está dentro de él. ¿Qué puede existir afuera acaso si no fuera mirado desde dentro?

No, no existe nada más que el ojo que mira. Quizás ni tan siquiera esto, pues el ojo, en el momento en que puede mirarse, deja de existir, por ser tan solo la mirada de su ojo. ¿Desde dónde miraría el ojo que logra contemplar al ojo?

La belleza del mundo no representa una calidad en la visión del ojo. Es decir, un ojo no puede sentirse orgulloso por mirar belleza en el mundo, por ser el mejor ojo contemplador del mundo. La belleza no es, en ningún sentido real, mejor que la oscuridad. No es ni tampoco su opuesto.

El mundo no refleja al ojo. ¿Podría ser reflejado algo que no puede mirarse? El mundo sin embargo refleja al reflejo del mundo. El mundo dice “afuera” y el mundo dice “adentro”. El mundo llega a creer que es un mundo adentro separado de un mundo afuera. Por eso existe el mundo, porque el reflejo del mundo le está reflejando de vuelta.

Todo esto es lo que el ojo mira. Aunque nada de todo aquello existe, pues es tan solo la mirada del ojo.

Por eso dicen los sabios que el mundo es un sueño. El ojo no está en verdad mirando, pues lo que mira no existe fuera de esa mirada. El ojo está soñando.

La belleza del mundo no representa una calidad en la ensoñación del mundo. Dentro del sueño no hay un mejor o un peor sueño, por la sencilla razón de que no existe en la mirada del ojo ningún otro sueño para compararse que aquel que está soñando. ¿En qué importa que el ojo esté soñando oscuridad si el mundo que mira no existe por ser tan solo un sueño?

No, el ojo no mira un mundo que sea mejor que ningún otro, ni más bello que ningún otro. Aunque tal vez, dentro del mundo que el ojo está mirando, habite un sueño que cuente en su ensoñación que existen otros mundos para compararse. Y este mundo que sueña oscuridad, al ser mirado por el ojo, tampoco es mejor que ningún otro soñado mundo.

Por eso dicen los sabios que el mundo no es bello, sino perfecto.

La perfección incluye la belleza e incluye la oscuridad. Incluye la ensoñación del mundo e incluye al ojo que está mirando un mundo que no existe fuera de su sueño.

La perfección determina que el ojo pueda estar soñando aquel mundo belloscuro, y simultáneamente, que el ojo permanezca en la perfección mirando que ni la belleza ni la oscuridad están en el ojo que les mira.

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