Hija de la Tierra, la humanidad surge de entre sus cenizas.

Hija de la Tierra, la humanidad surge de entre sus cenizas. Negra inconsciencia es transformada por el fuego de su corazón en un arco iris de celebración. Ahogada en el vaso de su miseria, se levanta recia corrigiendo la ignorancia que la templa y la agresividad que le fuerza a retomar su cauce. Cada caída es un maestro que señala dónde el pie pisa con prisa y sin atención.

¿Te decepciona tu naturaleza, ser humano? ¿No toleras tu acumulada corriente de destrucción ciega que diriges hacia tus hermanos que te rodean y hacia tu madre que te cobija? ¿No sabes que tu hermano es tu igual y que tu Madre te ama sin condición? ¿No sabes que eres la obra de arte de un Padre llamado amor?

Mira la belleza sin fin que es la vida, gran ser que camina recto. Mira que tú eres digno de ser amado. Que ya lo eres, hagas lo que hagas, seas quien seas. Ámate, tú que crees estar separado de todo. Porque tú eres el todo que se refleja en tu acción de amar. Sonríe, hijo de la humanidad. De ella tú eres su bendición.

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