He aquí mi misión en esta vida: Conocerme.
Todo lo que experimento en la vida tiene este único propósito.
Cada tropiezo, cada tristeza, cada sensación.
Así como yo me conozco, así yo me expreso.
Así como yo me expreso, así moldeo mi mundo.
Y la forma que le doy a mi mundo viene hacia mí en forma de mundo.
Y sintiendo la forma del mundo, conozco al que le moldea.
Conocerme es mi prioridad, el sabor que le pongo a mis acciones.
Primero, saber que no me conozco.
Que lo que creo saber de mí es prueba y error.
Entrelíneas de lo que dice mi boca, se expresa el vacío en mí.
Segundo, buscar quién soy.
Saber que definirme no es conocerme.
Que conocerme es sentir quién es ese que quiere conocerse.
Tercero, permitirme ser.
Me equivoco, me pierdo, me creo.
Todo está bien tal como soy.
Por último, nunca rendirme.
Que los tropiezaos, tristezas y sensaciones, sean un escalón hacia adentro.
Ante todo, mi misión.
Esto en lo cual me comprometí.
Esto que me impulsa a sonreír.
Esto que soy.
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