Entonces cuando yo, con todo mi esfuerzo, sudor, lágrimas, sangre, caídas, lamentos, noches, luchas y más esfuerzos, lleno mi corazón de alegría, sé que todo lo que he vivido ha dado fruto.
Si me cayera la felicidad del cielo, ¿qué tanto la valoraría? ¿ante qué dificultades la sostendría? Mi dedicación completa, incondicional y sin descanso me da un sentido ireemplazable que dibuja con firmeza esta sonrisa.
Entonces ya no soy una pose para la foto. Entonces agradezco cada momento que existo. Entonces, en medio de cualquier tempestad, soy feliz.
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