El mundo no importa. Y no es porque el mundo no importe.

El mundo no importa. Y no es porque el mundo no importe. Es porque, primero, importas tú.

¿Quién eres tú? ¿Y qué quieres? ¿Lo sabes? ¿Es lo que sabes algo sólidamente vivenciado durante cada instante de tu vida o es algo que crees, que has escuchado, que te han formado sin cuestionar?

Cuando te reconozcas, cuando seas plenamente tú, sabrás qué quieres, sabrás qué importa. Tú, tan divino no tienes nombre y tan humano que tu nombre resuena en un indivíduo de cierta raza, tradición, costumbres, defectos y habilidades.

Cuando no necesites levantar tu voz para sentir que existes, cuando no necesites estar acompañado para sentir que lates, cuando no necesites cambiar el mundo para sentir que vales, entonces, sólidamente aposentado en el trono que es tu paz, verás cómo la impermanencia de las cosas domina. Verás cómo el mundo cambia. Verás que el mundo no importa porque antes de que llegue a importar algo, algo ya cambió.

Y cuando nada te importe, verás que todo es importante. Entonces, eres feliz.

No Responses

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *