¿Eh? ¿Ancestros?

¿Eh? ¿Ancestros? ¡Qué sorpresa! Me inunda la alegría en ver vuestra gloria ante mis ojos. Me place el corazón en saber que siempre habéis estado a mi lado, que nunca he pacido solo los campos recorridos. El amor que vosotros me inspiráis retumba en mi espíritu haciéndome exudar energía de vida.

Os cuento que aquí vivimos, haciendo lo mejor que sabemos, aprendiendo cada vez más. Hacemos y deshacemos, luchamos y nos pacificamos, nos engañamos y nos descubrimos. Cada paso a su correspondiente tiempo, cada movimiento una danza parsimoniosa de halar y pujar, de probar y perfeccionarnos.

No os preocupéis por nosotros. Algún día daremos pie con bola. Algún día recordaremos que somos todos hermanos. Algún día nos decidiremos a amar. Algún día apreciaremos este instante que tenemos descuidado esperando aquel día.

Gracias por transmitirnos la magia de estar siempre alertas. Gracias por no regalarnos nada sino vuestra divina luz que a nadie se niega. Gracias, amados ancestros, porque aunque no alcanzamos a recordaros, estáis siempre aquí, siempre presentes.

No Responses

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *