Digo democracia y yo soy el más tirano.

Digo democracia y yo soy el más tirano.

Digo religión y mato en nombre de Dios.

Digo tolerancia y mato al que mata igual que yo.

Uso la palabra hermandad en contra del hermano.

Yo, mi, mío, todo para uno y nada para todos.

Aplasto y domino, luego existo.

Toros, vacas y pollitos, tierra, ríos y árboles, sacrificados bajo mi gula.

Maldad, miseria, jerarquía, viveza.

El celular o la vida.

¿Y dónde está la misericordia de Dios?

¿Dónde encuentro la felicidad anhelada?

Heme yo aquí que busco la luz, yo que quiero el amor,

¿No merezco un mundo mejor?

Y he aquí este que anhela la felicidad sin aceptarla.

He aquí este que busca la luz sin permitirse brillar.

He aquí este que quiere el amor odiando al odio.

He aquí este que solo se queja y es miserable.

Pero he aquí que este también es observado

Este es el protagonista de la película.

Este es el villano y el héroe, el arquitecto y el soñador.

¿Y quién observa a este? ¿Quién observa la película?

¿Quién proyecta el sueño, sin importar qué ocurra en él?

¿Quién es tan misericorde que permite a todo existir?

¿Quién, más allá de todo lo que pasa, permanece aquí?

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