Confiando

Lo que será, será. Haga lo que haga.

Lo que es, ya es. Duela como me duela.

Sean bienvenidos, pues, los caminos espinosos.

Si la vida elige perderme al oscurecer en un bosque para yo poder hacer los caminos al andar, están prestos mis sentidos para hacerlos enderezados y con corazón.

Y si avanzando tropiezo y me desbarranco, me río de mí mismo con calma y levanto mi bastón con fiereza ordenando mis torpezas.

Todo lo que haga será lo que haré.

Y si los caminos no han sido creados aún por la vida, practicaré los míos en homenaje a ella.

Sereno, salvaje.

No importa qué haga, llegaré a donde he de llegar.

Así que, sé que lo que haré será llegar.

No hay otra posibilidad. Vivo en el universo en el cual ocurrirá lo que ha de ocurrir.

Sea bienvenido, pues, mi espíritu de alegría.

Mientras hago, inevitablemente, lo que ya estoy haciendo, me siento a observar.

Lo único que hago, además de todo lo que hago, es no hacer nada.

Así no estorbo en lo que estoy haciendo. Apago mi walkman para escucharme mejor.

La paciencia va creciendo bajo un sol estacional, a veces cálido, a veces cruel.

La confianza va encontrándose a medida que sigo aquí.

La vida se desenvuelve por sí misma, transcurriendo en ciclos según la ley del tiempo.

De entre todas las direcciones que puedo elegir, cabalgo entonces la corriente de vida que impregna mi voluntad con relámpagos de estrellas.

Desde siempre, ya he llegado.

Y lo que es, sigue ya siendo.

No Responses

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *