De que haces el juicio de que juzgar es malo.

De que haces el juicio de que juzgar es malo. De que te sientes superior a lo que censuras y permites que te atropelle todo lo que apruebas. De que dices que quieres paz y haces la guerra a los que no veneran tu inquietud.

Cuando hay claridad en ti, quién eres, qué mereces, qué quieres dar, no vienen a comerte lo cuentos. Por entre tanto estímulo mental por el que atraviesas, busca la sencillez de ser que siempre ha brillado en ese pecho.

Tú eres la esencia intocada de la pureza en toda su belleza. Tú eres la gloria eterna que reina por sobre toda brisa dulce y toda tormenta escabrosa. Tú eres el fulgor incondicional del existir, ahora.

No necesitas saber nada más.

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