Renace un ave fénix surgiendo imponente entre relámpagos de luz y vida, amor que enclarece y fulgor que entusiasma.
Rompe jaulas, limitaciones y creencias en la inexorabilidad de un crecer cada vez más bañado de fuerza, alegría y pasión.
Nada detiene un propósito de bendecir que sobrepasa toda conmiseración, pensadera o dudas mordaces.
Las alas de la voluntad se abren en aceptación y agradecimiento abrazando la inmensidad de los cielos.
Su ser florece de colores, sabores y melodías trayendo a la realidad palpable su magna presencia.
Lleva en su pecho el estandarte de lo único que es eterno: la libertad.
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