Dolor, santo dolor. ¿Por qué te huyo?

Dolor, santo dolor. ¿Por qué te huyo? ¿Qué locuras utópicas idealizo en que debo excluir de mi vida algo tan valioso? Adelante, dolor. Arde mi alma, pues tu fuerza penetra mi coraza que yo formo imprudente para evitarte. Ven, angel que quema. Tu medicina amarga endulza el agrio de mis náuseas.

Sanación, bendita sanación. ¿Por qué te retraso? Sé que algún día aflojaré mis garras. ¿Por cuánto tiempo más seguiré sufriendo? Sana, templo de Dios. Templa mi Dios, sanación. Transforma mis culpas, aligera mi equipaje. Evapora las piedras que me cuecen y funde el plomo que me arrastra. Hazme, amada sanación, fruto expansivo de tu luz.

Alegría, silenciosa alegría. ¿Por qué te oprimo? Abre mi corazón, infinita gracia divina. Aquí tu fiel servidor te comanda con potestad. Brilla a través de mí, alegría de mi ser. Recuérdame por encima de todas las cosas que todas las cosas pasan y quedas tú, pura, inmutable alegría.

No Responses

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *