No es que debas ser disciplinado o fuerte.

No es que debas ser disciplinado o fuerte.

Es que tu naturaleza ya es libre de toda debilidad.

No es que debas lograr una meta espiritual.

Es que la paz profunda ya es tu eterno presente.

No es que que debas amar o encontrar a Dios.

Es que Dios, que es amor, ya es todo lo que existe.

No es que debas trascender un ego o alcanzar una humildad.

Es que tú ya eres más allá de cualquier concepto.

No es que debas aceptar las cosas como son.

Es que aceptar o no aceptar ya es como las cosas son.

No es que debas comprender, sanar o iluminarte.

Es que la radiación de tu perfección no se detiene ya ante nada.

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