La inquietud humana llamada ciencia

La Física es aquella ciencia que se dirige mirar la esencia del universo. La física es el establecimiento de reglas percibibles por la mente humana y que definen en escrituras humanas lo que es el universo.

Ambas disciplinas son opuestas, aunque complementarias, según el estudio integral de una inquietud básica en la naturaleza humana, que es el hambre de conocimiento.

La Física explora ciertas experimentaciones en donde el universo se comporta como el universo quiera comportarse en el instante en que están siendo observadas las experimentaciones en cuestión. En sí, el estudio no trata acerca del universo, pues la Física misma observa que el universo solo está siendo observado porque existe un Observador. El Observador está entonces, a través de estas experimentaciones, observando que la esencia del universo no es nada más que su propia mirada siendo observada.

Una experimentación, en el ámbito del tiempo humano, es el ocurrir de una serie de eventos, en una determinada coordenada mental, frente a la mirada del Observador.

La física es el resultado humano a través de la cartesiana del tiempo humano, que produce, desde su derivada infinitesimal, la expresión de existencias individuales que habitan en esa coordenada del tiempo y que se manifiestan en la apariencia, para el ámbito humano, de leyes naturales.

La esencia del universo sigue siendo, y no puede fallar en seguir siendo, la mirada del Observador en el instante en que la mirada está ocurriendo. Pero el dinamismo de la existencia, según la percepción de una mente humana, se manifiesta en la apariencia de un universo que progresa a través de una coordenada que el ser humano, a través de la física, llamó tiempo.

Así que el tiempo, al ser observado por la mirada del Observador, aparece como el residuo de un universo ocurriendo a medida que el Observador lo mira. El universo entonces es observado como el movimiento de los instantes a medida que son observados. El resultado, en el ámbito de la mente humanda, es que el universo se está expandiendo a través de la manifestación de una existencia que la física llamó espacio.

Tiempo y espacio son, pues, las coordenadas de la mente humana, según establece la disciplina de la física.
Mas la Física sabe, porque lo está observando así, que la esencia del universo no puede ser definida. Y que los resultados de la observación solo pueden habitar en el ámbito del tiempo, que es una concepción humana. Y por lo tanto, no son la esencia del universo.

La aventura que es vivir, desde la perpectiva humana, trae en su naturaleza de aventura, la sed de conocer. Este conocer, en el ser humano, no es más que la ocurrencia a través del tiempo de una existencia que la física llamó experimentación. El detalle del asunto es la misma existencia humana, que no es más que la ocurrencia a través del tiempo de una existencia que la biología llamó ser humano. La existencia humana tampoco puede ser la esencia del universo. El Observador, ¿existe entonces, o no es más que la observación de una existencia que la física llama Observador?

La Física es, por conclusión, la observación de un instante que, libre de la experiencia humana del tiempo y de la misma concepción de ser una observación, es Eterno.

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