Política y libertad

He mirado a los ojos las grandes mentiras que han impresionado la mente de las masas humanas: Política, patriotismo, ideales.

Decidí no comentar de estas cosas, pues ni ellas ni sus secuaces son culpables de nada, sino que todo recae sobre la debilidad humana que llamamos credulidad, y esta ocurre sobre algo mucho más profundo, que es el desconocimiento de sí mismos.

A pesar del circo amarillista que hace ruido a nuestro alrededor, somos libres. No necesitamos nada de nadie. No necesitamos estructuras sociales, ni identidades, ni planes utópicos. No necesitamos promesas, ni futuros, ni soluciones. No necesitamos tener razón ni que el otro no la tenga. No necesitamos justicia, ni seguridad, ni perdón. No necesitamos países, ni gobiernos, ni oposiciones.

No importa que nuestra atención se distraiga por rumbos inciertos, pues estamos ya aquí. No importa que estemos convencidos de estar presos en tanto desorden, pues la armonía de nuestro corazón está ya viva. La vida, en cualquiera forma que tome, es un regalo descomunal que se desenvuelve a través de nosotros expresando cualquiera actividad que esté expresando.

Somos, más allá de toda actividad que ocurra en la vida, la fuente misma de la vida. Antes de que cualquier cosa exista, nosotros ya somos. Antes de que nuestra mente crea en cualquier cosa, nosotros ya le estamos dando energía. Antes de que cualquiera fuerza distraiga nuestra atención, nosotros ya estamos aquí.

Ánimos, hermanos. Nada que ocurra tiene poder sobre nosotros. La libertad está aquí.

No Responses

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *